A la amada |
Así el entero día en largo, incierto
sueño gimo; mas luego cuando aduna la noche las estrellas y la luna, frío el aire y de sombras ya cubierto, donde el llano es selvoso y más desierto lento entonces vagando, una por una, palpo las llagas que la vil fortuna y Amor y el mundo han en mi pecho abierto. Tal vez cansado, apoyo me da un pino o con mis esperanzas, allí donde suena la onda, tal vez hablo y deliro. Mas las iras del mundo y del destino olvidando por ti, por ti suspiro luz de mis ojos, ¿quién a mí te esconde? |
viernes, 10 de enero de 2014
jueves, 9 de enero de 2014
Ítaca
Ítaca
¿Y quién alguna vez no estuvo en Ítaca?
¿Quién no conoce su áspero panorama,
el anillo de mar que la comprime,
la austera intimidad que nos impone,
el silencio de suma que nos traza?
Ítaca nos resume como un libro,
nos acompaña hacia nosotros mismos,
nos descubre el sonido de la espera.
Porque la espera suena:
mantiene el eco de voces que se han ido.
Ítaca nos denuncia el latido de la vida,
nos hace cómplices de la distancia,
ciegos vigías de una senda
que se va haciendo sin nosotros,
que no podremos olvidar porque
no existe olvido para ignorancia.
Es doloroso despertar un día
y contemplar el mar que nos abraza,
que nos unge de sal y nos bautiza como nuevos hijos.
Recordamos los días del vino compartido,
las palabras, no el eco;
las manos, no el diluido gesto.
Veo el mar que me cerca,
el vago azul por el que te has perdido,
compruebo el horizonte con avidez extenuada,
dejo a los ojos un momento
cumplir su hermoso oficio;
luego, vuelvo la espalda
y encamino mis pasos hacia Ítaca.
De: Ensayo General: Ítaca.
poesía completa, 1966-2000
miércoles, 8 de enero de 2014
Oh soberbias colinas sacra ruina
Oh, soberbias colinas, sacra ruina,
que ya sólo de Roma el nombre os queda, pobre despojo en vos ahora se hospeda de tanta gloria excelsa y peregrina. Coloso, arco, teatro, obra divina, pompa triunfal que en vano otra remeda, ceniza vuestra gloria sólo hereda que a vil fábula al fin al vulgo inclina. Así, si bien un tiempo al tiempo guerra hace la obra famosa, a paso lento obra y nombre envidioso el tiempo entierra. Viviré en mis martirios, pues, contento; que si da el tiempo fin a todo en tierra, quizás pueda aún dar fin a mi tormento. |
martes, 7 de enero de 2014
Desgracia de amor
Llorad, piedras, mi dura maladanza:
es de otro la mies de mi labranza. Siembro mi campo y otro la cosecha; cubre mis horas la fatiga en vano; es de otro el ave que mi sed acecha; sólo la pluma quédame en la mano. Otros calman la sed que me despecha; otros ascienden, yo desciendo al llano: llorad, piedras, mi dura maladanza: es de otros la mies de mi labranza. |
lunes, 6 de enero de 2014
A Italia
¡Italia, Italia! ¡Oh tú a quién dio la suerte
el don fatal de la beldad y en ésta de mil males y vil dote funesta! ¡Oh! ¡menos bella fueras o más fuerte! Así o lograras invencible hacerte o no tentaras con tu luz modesta la codicia de aquel que te detesta fingiendo amarte; y que te reta a muerte. ¡No viera los Alpes entonces mil torrentes de armados galos derramar do quiera y que tu noble sangre el Po colora! Ni por el brazo de extranjeras gentes inútilmente combatir, te viera, para servir, vencida o vencedora. |
domingo, 5 de enero de 2014
Semanas
Semanas
Cuántos lunes y martes
en el polvo, detrás, por los caminos.
Serían diferentes entre sí, pero todos
parecían el mismo.
Busco las sillas, las ventanas, los lechos
de la fiebre o el llanto, del diente dolorido,
a esos lunes o martes, y ya todos
están fuera de sitio.
Forman montón de cosas, horas,
piedras, palabras, lápices, destinos,
pero fueron cruzando la puerta de hacia adentro
con mucho frío.
A veces los despierta una canción
antigua, una esquina, un amigo,
y me hace gracia de que todos entonces
me parezcan domingos.
sábado, 4 de enero de 2014
Amor que ves mi pensamiento abierto
Amor, que ves mi pensamiento abierto
y el paso por que ciego en ti me guío, tus ojos dentro pon del pecho mío, a ti expedito, a los demás cubierto. Cuanto sufro en seguirte sabes cierto; mas, surgiendo entre monte y entre río, no adviertes que ya está todo mi brío molido del sendero áspero y yerto. Bien veo yo de lejos la luz suma a que me aguijas por abrupta cima; mas no para volar me diste pluma. Que basta a mi deseo ya y estima que logres que yo amando me consuma y admita ella que yo por ella gima |
viernes, 3 de enero de 2014
De la materia de los taxis
DE LA MATERIA DE LOS TAXIS
De nuevo te esperé en el desconsuelo
de la esquina. Por el bullicio oscuro
iban, venían rojos autobuses,
acharolados taxis que, ocupados,
se detenían un segundo antes
del desencanto. La farola daba
entintado de comic a la espera.
Los taxis están hechos con materia
de soledad, de presurosos besos,
de palabras sin terminar, de rápidos
adioses, de cabezas que se vuelven
como pidiendo auxilio. Cada taxi
va tejiendo y tejiendo su capullo
de seda por las calles, va encerrando
su mariposa entre los hilos tensos
de la ciudad que gime y que lo envuelve.
¿Por qué querer es esperar?. La lluvia
tenaz parpadeaba en el cambiante
neón de Piccadilly y los neumáticos
por el asfalto húmedo sonaban
como el desuello de una piel inmensa.
Todo el desecho de la prisa iba
acumulado en los asientos turbios
de los taxis. Su tántalo destino
era llegar para volver de nuevo.
Los taxis se alimentan de colillas,
de tersos portafolios, de monturas
de gafas, de coronas funerarias,
de perfumados guantes, de pañuelos
inmundos, de paraguas olvidados.
El horizonte de los taxis nace
a espaldas de la luz, está poblado
de sanatorios y consultas, linda
con discos y semáforos, discurre
por negocios y apremios y legajos.
¿A dónde va el amor cuando no acude
a nuestra cita?. Una lenta hilera
de gotas resbalaban por el borde
de la farola anochecida. Un golpe
de tos quebrada restalló muy cerca
de mi bufanda. El viento me azuzaba
los mastines del frío. Y otros taxis
pasaban sin parar, como otras noches,
como todas las noches de mi vida.
Cuando al amanecer se quedan solos
los taxis, se acarician la gastada
tapicería, que conserva algunas
viejas huellas de semen o de lágrimas.
(Londres, 1990) De "Los estados transparentes"
jueves, 2 de enero de 2014
Rojo
ROJO |
Mil flamingos rojos encendieron mi cuerpo entre las
playas Otra vez el veneno de sándalos en mi boca dispersa Transformas el diario como al agua el invierno Del hielo a la humedad hay un temblor apenas Una canción restaurada tantas dudas y rencores pasados Un verano una estación sin intermedios desparrama Soy una lágrima perdida en los estanques que no regresa más al cuaderno encendido al delirio que prende en tus deseos A mi propia salvación entre los versos llego tarde Posas para el mundo Pero no posas para mí Dices adiós al fuego olvidando mi abrigo en un invierno tan crudo que me enferma Siento en tu voz cubana que el dolor regresará por siempre Tiemblo pero regresará por siempre y no sirve de nada Es un toro que desangra en mis recuerdos Varios ensayos para morir en el ruedo Rojo Rojo Rojo y tan púrpura que muero. |
miércoles, 1 de enero de 2014
Noche de miel espesa
Noche de miel espesa |
La noche de miel espesa
me atrapa en su interior de ámbar Sola mujer en lecho solo el corazón apunta al lápiz, al papel para despegar el ojo cerrado del alma. Soy en la gravedad del líquido la mancha oscura, mi pensar tiñe la dulzura densa del higo atrapado en el almíbar Me hundo en la almohada Floto en la melaza borboteante de una memoria. |
martes, 31 de diciembre de 2013
Los bienaventurados
Los bienaventurados
…ellos poseerán la tierra
Los fieles, los constantes,
los condenados a lo eterno,
los asombrados de una sola vez,
los que sólo confían en el miedo,
los que edifican sobre el desengaño,
los cuidadosos que cosechan paso,
los fareros de la rutina,
los cómplices tenaces del trabajo,
los que se mueren razonablemente,
esos que en tantas ocasiones
desearían con urgencia
que hubiese un dios al que pedir socorro.
De: Ensayo general: poesía completa, 1966-2000
lunes, 30 de diciembre de 2013
Huelen las rosas
Sobre la mesa han puesto un barro humilde
con unas rosas que lo justifican
igual que justifica el hombre
un claro destello, una esperanza, una sonrisa.
Huelen las rosas, y sentir su aroma
también es dar constancia de la vida,
es percibir la realidad que llega
en su increíble y breve maravilla,
huelen las rosas, qué delgado mundo
de fragancia nos llega en su caricia,
qué prodigioso mecanismo se hace necesario
hasta dar con esta mina sutil de olor,
cuántos secretos reinos botánicos,
qué incógnitas provincias de vegetal acción,
desde la tierra suben elaboradas, resumidas,
adelgazadas hasta lo indecible
para ser un milagro entre la brisa de la mañana,
un invisible copo de aroma hacia la tarde,
un terciopelo de perfume solar al mediodía.
Trabajaron obreros diminutos y subterráneos
por las galerías donde la gota de agua
y las substancias germinales se alían.
La nieve puso un dedo entre los labios,
el viento golpeó las ramas niñas,
deshilvanó la lluvia sus collares, y entre tanto,
en la arcilla, porosa y maternal,
manos minúsculas manipulaban
ciegas en la alquimia del delgado perfume de las rosas,
para que al fin se derramara un día
desde esta mesa en la que he puesto un barro humilde,
y nos regale su delicia. ¿Porqué?¿Porqué?
¿Las hemos merecido?
¿Merecemos que sea así la vida tan hermosa y fragante,
que penetre por los sentidos su verdad sencilla
tan misteriosa y generosamente?.
Algo hay que nos responde por las rosas,
una respuesta de perfume, escrita en el aire,
las cosas que manejan nuestra manos
¿porqué han de ser distintas de los rosales?
Con amor ¿por qué no son también aroma concedida?
Vivir no es mas difícil que un rosal,
lo que anula su aroma es la injusticia."
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domingo, 29 de diciembre de 2013
Playa de El Palo
PLAYA DE EL PALO |
Aún eres mío, porque no te tuve.
Cuánto tardan , sin ti, las olas en pasar ... Cuando el amor comienza, hay un momento en que Dios se sorprende de haber urdido algo tan hermoso. Entonces se inaugura - entre el fulgor y el júbilo - el mundo nuevamente, y pedir lo imposible no es pedir demasiado. Fue a la vera del mar, a medianoche. Supe que estaba Dios, y que la arena y tú y el mar y yo y la luna éramos Dios. Y lo adoré. |
sábado, 28 de diciembre de 2013
EPITAFIO PARA UNA MUCHACHA
EPITAFIO PARA UNA MUCHACHA |
Porque te fue negado el tiempo de la dicha
tu corazón descansa tan ajeno a las rosas. Tu sangre y carne fueron tu vestido más rico y la tierra no supo lo firme de tu paso. Aquí empieza tu siembra y acaba juntamente -tal se entierra a un vencido al final del combate-, donde el agua en noviembre calará tu ternura y el ladrido de un perro tenga voz de presagio. Quieta tu vida toda al tacto de la muerte, que a las semillas puede y cercena los brotes, te quedaste en capullo sin abrir, y ya nunca sabrás el estallido floral de primavera. |
viernes, 27 de diciembre de 2013
Quiero el día que yo muera
Quiero el día que yo muera
poder donar mis riñones, mis ojos y mis pulmones. Que se los den a cualquiera. Si hay un paciente que espera por lo que yo ofrezco aquí espero que se haga así para salvar una vida. Si ya no puedo respirar, que otro respire por mí. Donaré mí corazón para algún pecho cansado que quiera ser restaurado y entrar de nuevo en acción. Hago firme donación y que se cumpla confío antes de sentirlo frío, roto, podrido y maltrecho que lata desde otro pecho si ya no late en el mío. La pinga la donaré y que se la den a un caído y levante poseído el vigor que disfruté. Pero pido que después se la pongan a un jinete, de esos que les gusta el brete. Eso sería una gran cosa yo descansando en la fosa y mi pinga dando fuerte. Entre otras donaciones me niego a donar la boca. Pues hay algo que me choca por poderosas razones. Sé de quien en ocasiones habla mucha bobería; mama lo que no debía y prefiero que se pierda antes que algún comemierda mame con la boca mía. El culo no lo donaré pues siempre existe un confuso que pueda darle mal uso al culo que yo doné. Muchos años lo cuidé lavándomelo a menudo. Para que un cirujano chulo en dicha transplantación se lo ponga a un maricón y muerto me den por culo. |
jueves, 26 de diciembre de 2013
CÓRDOBA
CÓRDOBA |
A Carlos Castilla
«¿A quién pediremos noticias de Córdoba?» Porque las piedras que amabas a la tarde han sido derribadas, talados los cipreses y su claustro de salmos silencioso, destruidos los arcos, el capitel rodó sobre la ortiga y los artesonados aplastaron blasones, soberbia, yelmos, gules... Corrió la lagartija sobre lises y las manos falaces arrasaron vergeles, enmudeció la esquila en la espadaña, abatieron dinteles, picaron tracerías, hundieron hornacinas y a la venta pusieron atauriques, teselas, surtidores, plata ilustre de ofrendas y cobraron monedas de la traición tus hijos, subastaron tus lágrimas, oh madre, patria mía. No había más belleza en este mundo. Por las calles de cal, cuando furtiva ajena sombra iba enamorada, incansable de sol a sol, tejiendo el embeleso luna a luna, telones de murallas, celosías de altas clausuras, palmas de sombra sobre tapias blancas, era ya sólo amor el escenario, la letanía armoniosa de los nombres: Muro de la Misericordia, Alcázar Viejo, Plaza de los Aguayos, Piedra Escrita, Tesoro, Hoguera, Cidros, Mucho Trigo. ¿Qué ramos de tristeza los naranjos al cielo levantaban? ¿Qué soledad y sus arpas de relente enfriaban heridas como joyas? Fuentes cegadas, oigo vuestros caños por la memoria, vivas gargantas sollozantes. Palpo el mármol, los fustes, las verdinas sobre bronces ecuestres. Aromas como anillos ciñen nupcias, suben por galerías desvaídas: jazmín morisco, lilas, ajedrea. Edén siempre perdido, concédeme el recuerdo y su llave de niebla. Don Luis se alejó por la calleja, el Duque miró el ángel dorado del ocaso, volvió al baño Lucano y tus hijos de la campiña fueron a trabajar a Düsseldorf. Amarillas banderas como présagas aves codiciosas enlutaron terrazas. Usura y avaricia la heredad repartieron destruyéndola, dividieron tu duelo, echaron suertes sobre el solar patricio, fonsque sophiae, mientras te disfrazaban percalinas para un siniestro carnaval turístico, oh inmortal, eterna, augusta siempre, oh flor pisoteada de España. |
miércoles, 25 de diciembre de 2013
Olor de amor
Olor de amor |
Hueles de una manera diferente.
Amar es una forma de olor. El cuerpo impone su presencia de aroma que subleva esa selva, ese bosque que somos. No te veo. No llego a tu contacto. Llegan flores raras, deshechas, invisibles. Certidumbre de ti en medio de la noche. Un salvaje rosal es tu olor. Una paloma es, y su vuelo recorre hasta mí el aire. Una profunda cabellera esparcida en el borde de mi memoria. Tu enredado aroma entre mis dedos algo tuyo esconde. Hasta mi llegas cada día hecha olor enmarañado de azucenas y áloes. Trasminas existencias. Te declaras realidad amorosa que responde a mi busca. Llamada que su contestación en mi recoge. Rastro exhalado, huella reconocible, evanescente torre de olorosa verdad. Humano aroma de mujer junto al hombre. Amar es una forma de olor. Llegas fragante. Llego. Nos acoge la onda que huele a vida enamorada, a claveles que en dos bocas se rompen. |
martes, 24 de diciembre de 2013
ENSALADILLA DE NAVIDAD
ENSALADILLA DE NAVIDAD |
José de Valdivieso
La ñora y la aceña, madroños, la braña, lueñes los rebaños, añil la montaña, armiños que añudan piñas y castaña. El gañán ordeña. Gruñe y acompaña al puño mañoso la pezuña huraña. La campiña tañe zampoñas de caña. Retoña la viña. Pequeña, la araña su pañuelo-enseña ciñe a la espadaña. La dueña, en escaño, corpiños de laña, el paño teñido con alheña extraña, hiñe en los barreños, piñatas apaña, cañutos aliña, gañotes rebaña. Bruñen ruiseñores mañanas que empaña la leña, gañidos, cañada y cabaña. Plañen añafiles: —Señora y Compaña... El Niño soñando la ñorba. Y España. |
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