Nadie está solo |
En este mismo instante
hay un hombre que sufre, un hombre torturado tan sólo por amar la libertad. Ignoro dónde vive, qué lengua habla, de qué color tiene la piel, cómo se llama, pero en este mismo instante, cuando tus ojos leen mi pequeño poema, ese hombre existe, grita, se puede oír su llanto de animal acosado, mientras muerde sus labios para no denunciar a los amigos. ¿Oyes? Un hombre solo grita maniatado, existe en algún sitio. ¿He dicho solo? ¿No sientes, como yo, el dolor de su cuerpo repetido en el tuyo? ¿No te mana la sangre bajo los golpes ciegos? Nadie está solo. Ahora, en este mismo instante, también a ti y a mí nos tienen maniatados. |
sábado, 11 de octubre de 2014
viernes, 10 de octubre de 2014
POEMA DE LA MALETA
POEMA DE LA MALETA |
Ya tengo la maleta,
una maleta grande, de madera: la que mi abuelo se llevó a La Habana, mi padre a Venezuela. La tengo preparada: cuatro fotos, una escudilla blanca, una batea, un libro de Galdós y una camisa casi nueva. La tengo ya cerrada y rodeándola un hilo de pitera. Ha servido de todo. Como banco de viajar en cubierta, y como mesa y, si me apuran mucho, como ataúd me han de enterrar en ella. Yo no sé dónde voy a echar raíces. Ya las eché en la aldea. Dejé el arado y el cuchillo grande, las cuatro fanegadas de la vieja... - La hostelería es buena, me dijeron. Y cogí la bandeja.- Si señor, no señor, lo que usted mande, servida está la mesa... Yo por vivir entre los míos hago lo que sea. Vi a las mujeres pálidas del norte arrebatarse como hogueras y llevarse las caras como platos de mojo con morena, tanto que aquí no dejan ni rubor para tener vergüenza... Vi vender nuestras costas en negocios que no hay quién los entienda: vendía un alemán, compraba un sueco, ¡y lo que se vendía era mi tierra! Pero no importa, me quedé plantado. Aquí nací, de aquí nadie me echa. (Hasta que el otro día lo he sabido, y he hecho de nuevo la maleta.) He sabido que pronto van a venir de afuera técnicos de alambrar los horizontes, de encadenar la arena, de hacer nidos de muerte en nuestras fincas, de emponzoñar el aire y la marea, de cambiar nuestros timples por tambores, las isas por arengas, las palabras de amor por ultimátums, por tumbas las acequias... Si se instalan los técnicos del odio sobre nuestras laderas, los niños africanos, desvelados bajo la lona de sus tiendas, mirarán con horror las siete islas, no como siete estrellas, sino como las siete plagas bíblicas, las siete calaveras desde donde su muerte, y nuestra muerte, indefectiblemente se proyectan. Yo por mi partecojo la maleta. La maleta que el viejo se llevó a las Américas en un barquillo de dos proas, ¡Qué valientes barquillas atuneras! Tienen dos proas, una a cada lado, para que nunca retrocedan. Vayan a donde vayan siempre avanzan. ¿Quién dijo popa? ¡Avante a toda vela! Y yo...voy a marcharme, reculando. Voy a dejar que crezca sobre esta tierra mía toda la mala hierba. Voy a volver la espalda al forastero que vendrá con sus máquinas de guerra para ensuciar de herrumbre las auroras, de miedo las conciencias... Pensándolo mejor, voy a sacarde la vieja maleta el libro, la escudilla, la camisa, la batea,voy a pintar y a barnizar de nuevo su gastada madera, voy a quitarle el hilo y a ponerle la cerradura nueva. Y con ella vacíame acercaré a la Isleta, y al primer forastero de la muerte que llegue a pisar tierra se la regalo, para siempre suya, y que la use y nunca la devuelva. ¡No quiero más maletas en la historia de la insular miseria! Ellos, ellos,que cojan ellos la maleta. Los invasores de la paz canaria que cojan la maleta. Los que venden la tierra que no es suya que cojan la maleta. Los que ponen la muerte en el futuro que cojan la maleta¡ Que cojan la maleta, que cojan para siempre la maleta! |
jueves, 9 de octubre de 2014
LA INQUIETUD
LA INQUIETUD |
¿Qué es, pues, lo que me turba y qué es lo que me espera?
En el pueblo, me aburro; me apena la ciudad. Los goces de mi edad no me alivian el tiempo que nunca se acelera. No ha mucho, la amistad, la estudiosa virtud, llenaban, sin esfuerzo, mis ocios apacibles. ¿Qué objeto tendrán mis deseos indecibles? Lo ignoro y lo persigo con creciente inquietud. Si para mí la dicha no era la alegría, y hoy, teniendo las lágrimas igual que la locura, si tampoco la encuentro en mi melancolía, ¿dónde hallar la ventura? |
miércoles, 8 de octubre de 2014
Necedad de la guerra
Necedad de la guerra |
Estúpida Penélope, de sangre bebedora,
que arrastras á los hombres con rabia embriagadora á la matanza loca, terrífica, fatal, ¿de qué sirves? ¡oh guerra! si tras desdicha tanta destruyes un tirano y un nuevo se levanta, y á lo bestial, por siempre, reemplaza lo bestial? |
martes, 7 de octubre de 2014
ÉBANO REAL
ÉBANO REAL |
Te vi al pasar, una tarde,
ébano, y te saludé; duro entre todos los troncos, duro entre todos los troncos, tu corazón recordé. Arará, cuévano, arará sabalú. —Ébano real, yo quiero un barco, ébano real, de tu negra madera... Ahora no puede ser, espérate, amigo, espérate, espérate a que me muera. Arará, cuévano, arará sabalú. —Ébano real, yo quiero un cofre, ébano real, de tu negra madera... Ahora no puede ser, espérate, amigo, espérate, espérate a que me muera. Arará, cuévano, arará sabalú. —Ébano real, yo quiero un techo, ébano real, de tu negra madera... Ahora no puede ser, espérate, amigo, espérate, espérate a que me muera. Arará, cuévano, arará sabalú. —Quiero una mesa cuadrada y el asta de mi bandera; quiero mi pesado lecho, quiero mi lecho pesado, ébano, de tu madera, ay, de tu negra madera... Ahora no puede ser, espérate, amigo, espérate, espérate a que me muera. Arará, cuévano, arará sabalú. Te vi al pasar, una tarde, ébano, y te saludé: Duro entre todos los troncos, duro entre todos los troncos, tu corazón recordé. 1947 |
GUILLÉN, NICOLÁS |
lunes, 6 de octubre de 2014
FUERA DEL MUNDO
FUERA del mundo que batalla y luce
Sin recordar a su infeliz cautivo, A mi trabajo servil sujeto vivo Que a la muerte temprano me conduce. Mas hay junto a mi mesa una ventana Por donde entra la luz; ¡y no daría Este rincón de la ventana mía Por la mayor esplendidez humana! |
domingo, 5 de octubre de 2014
Me han contado a Europa.
Me han contado a Europa.
Una y otra vez los buenos peregrinos la sustraen de la noche nevada. Mis queridos indianos entre cenas frugales y tazas de café amargo la deslizan ante mí dibujada en una servilleta allá en París o Rotterdam o en la Praga antigua. Ellos vieron al Giotto de mi alma y al enorme jayán de Brunelleschi contra el cielo de la sin par Florencia. Europa ya me sabe a café amargo y a comidas frugales. Confieso tener un mapa de Pompeya y una foto autografiada de Harold Lloyd que me parece fiable. Muchas veces, durante muchos años me contaron a Europa mientras las cariátides perdían mansamente las narices. |
sábado, 4 de octubre de 2014
Sólo el afán de un náufrago podría
Sólo el afán de un náufrago podría. José Martí Sólo el afán de un náufrago podría remontar este infierno que aborrezco. Crece mi furia y ante mi furia crezco y sólo junto al mar espero el día. Llegará y yo estaré sobre la arena, blanco esqueleto que no dice adiós. Decir adiós es acortar la pena, y yo me quedo porque yo soy dos. Andaré en otro tiempo envilecido pensando en el náufrago que fui. ¿Ansias de regresar? Sí, las tendré junto a la dicha de ya haber partido. Todo espanto fluirá siempre hacia mí, menos aquél, que no admitiré. |
viernes, 3 de octubre de 2014
Algunos poetas
ALGUNOS POETAS |
Como libros abiertos,
llenos de citas, llegan a las reuniones dejando caer nombres, obras y fechas como trofeos, esgrimiendo la lógica hasta el final de las consecuencias. Así quieren hacernos a su modo algunos poetas, siguiendo la vieja tradición paternalista tratan de adoptarnos a falta de poder apresar el viento, la fruta prohibida, la misteriosa fertilidad de nuestros poemas. |
jueves, 2 de octubre de 2014
La muerte de la rosa
Murió de mal de aroma
Rosa idéntica, exacta. Subsistió a su belleza, Sucumbió a su fragancia. No tuvo nombre: acaso La llamarían Rosaura, O Rosa-fina, o Rosa Del amor o Rosalía, O simplemente: Rosa, Como la nombra el agua. Más le hubiera valido Ser siempreviva, Dalia, Pensamiento con luna Como un ramo de acacia. Pero ella será eterna: Fue rosa y eso basta. Dios le guarde en su reino A la diestra del alba. |
miércoles, 1 de octubre de 2014
EL CALENDARIO
Viene un otoño apenas hilvanado
y una arboleda de papel me cubre; el tiempo del amor se llama octubre, para el dolor cualquiera está indicado. El tiempo, en la pared encuadernado, entre nombres y números se encubre, pero siempre, en enero, se descubre que la broma genial se ha prolongado. Que la broma de siempre va hacia arriba que no puede quedar sólo en espera, en nube más o menos fugitiva. Que llegaré peldaño tras peldaño, que el almanaque es sólo una escalera, una edición de Dios de cada año |
martes, 30 de septiembre de 2014
La poesía sirve para todo
La poesía sirve para todo: reemplaza a la anestesia
donde el dentista, y no produce efectos secundarios.
En dosis muy concentradas (p. ej. Keats + Vallejo) puede dar escalofríos en
[la médula espinal,
estremecimientos, palidez
y una sensación de pisar en el vacío.
En esos casos se recomienda dejar una flor seca entre las hojas
señalando al culpable –hasta que otra alma piadosa
de aquí a cien años
arriesgue el pellejo en la aventura.
lunes, 29 de septiembre de 2014
No estés triste mi amor...
No estés triste‚ mi amor‚
y si lo estás‚ que tu tristeza sea un modo de vengarte de Dios y de las flores‚ de la alegría inútil que debe ser la vida según ellos‚ y no estés triste nunca por las cosas que pasan o no pasan‚ sino solo por esto: porque contempla la tristeza desde lejos a Dios y a las flores y al tiempo y nos lleva al lugar donde amar es posible. |
domingo, 28 de septiembre de 2014
Vivir a cara o cruz
VIVIR A CARA O CRUZ |
Carezca yo de ti
y al infortunio suceda la desgracia y a la desgracia el cataclismo y a todo ello asistiría con el desinterés de un muerto. Estés conmigo tú y por cada brizna de dicha que pretendan arrebatarnos avanzarían desde mi corazón espléndidos ejércitos de odio. Tú puedes ser la espalda atroz de mi destino o mi patria de carne. |
sábado, 27 de septiembre de 2014
Vivir
Lleva el placer al dolor
y el dolor lleva al placer;
¡vivir no es más que correr
eternamente alrededor
de la esfinge del amor!
y el dolor lleva al placer;
¡vivir no es más que correr
eternamente alrededor
de la esfinge del amor!
Esfinge de forma rara
que no deja ver la cara...;
más yo la he visto en secreto,
y es la esfinge un esqueleto
y el amor en muerte para.
que no deja ver la cara...;
más yo la he visto en secreto,
y es la esfinge un esqueleto
y el amor en muerte para.
viernes, 26 de septiembre de 2014
JARDINERA
A veces los poetas hacen hablar a las flores.
Jardinera, tú que entraste
en el jardín del amor,
de las plantas que regaste
dime cual es la mejor.
La mejor es una rosa
que se viste de color,
del color que se le antoja
y verde tiene la flor.
Tres hojitas tiene verdes,
y las demás encarnadas,
y a ti te prefiero a todas,
que eres la más colorada.
Gracias te doy jardinera,
porque me hayas elegido,
entre tantas como hay
a mi sola has preferido.
jueves, 25 de septiembre de 2014
ROMANCE DE LA LINDA ALBA
—¡Ay, cuán linda que eres Alba,
más linda que no la flor;
blanca sois, señora mía,
más que los rayos del sol!
¡Quién la durmieses esta noche
desarmado y sin temor;
que siete años había, siete,
que no me desarmo, no!
—Dormidla, señor, dormidla,
desarmado y sin pavor;
Alberto es ido a caza
a los montes de León.
—Si a caza es ido, señora,
cáigale mi maldición:
rabia le mate los perros
y aguilillas el falcón,
lanzada de moro izquierdo
le traspase el corazón.
—Apead, conde don Grifos,
porque hace muy gran calor,
¡Linda manos tenéis, conde!
¡Ay, cuán flaco estáis, señor!
—No os maravilléis, mi vida,
que muero por vuestro amor,
y por bien que pene y muera
no alcanzo ningún favor.
—Hoy lo alanzaréis, don Grifos,
en mi lindo mirador.
Ellos en esto estando,
Albertus toca el portón:
—¿Qué es lo que tenéis, señora?
¡Mudada estáis de color!
—Señor, mala vida paso,
la paso con gran dolor,
que me dejéis aquí sola
y a los montes os vais vos.
—Esas palabras, la niña,
no eran sino traición.
—¿Cuyo es aquel caballo
que allá abajo relinchó?
—Señor, era de mi padre,
y envíalo para vos.
—¿Cuyas son aquellas armas
que están en el corredor?
—Señor, eran de mi hermano,
y agora os las envió.
—¿Cuya es aquella lanza,
que tiene tal resplandor?
—Tomadla, Albertos, tomadla,
matadme con ella vos,
que esta muerte, buen conde,
bien os la merezco yo.
más linda que no la flor;
blanca sois, señora mía,
más que los rayos del sol!
¡Quién la durmieses esta noche
desarmado y sin temor;
que siete años había, siete,
que no me desarmo, no!
—Dormidla, señor, dormidla,
desarmado y sin pavor;
Alberto es ido a caza
a los montes de León.
—Si a caza es ido, señora,
cáigale mi maldición:
rabia le mate los perros
y aguilillas el falcón,
lanzada de moro izquierdo
le traspase el corazón.
—Apead, conde don Grifos,
porque hace muy gran calor,
¡Linda manos tenéis, conde!
¡Ay, cuán flaco estáis, señor!
—No os maravilléis, mi vida,
que muero por vuestro amor,
y por bien que pene y muera
no alcanzo ningún favor.
—Hoy lo alanzaréis, don Grifos,
en mi lindo mirador.
Ellos en esto estando,
Albertus toca el portón:
—¿Qué es lo que tenéis, señora?
¡Mudada estáis de color!
—Señor, mala vida paso,
la paso con gran dolor,
que me dejéis aquí sola
y a los montes os vais vos.
—Esas palabras, la niña,
no eran sino traición.
—¿Cuyo es aquel caballo
que allá abajo relinchó?
—Señor, era de mi padre,
y envíalo para vos.
—¿Cuyas son aquellas armas
que están en el corredor?
—Señor, eran de mi hermano,
y agora os las envió.
—¿Cuya es aquella lanza,
que tiene tal resplandor?
—Tomadla, Albertos, tomadla,
matadme con ella vos,
que esta muerte, buen conde,
bien os la merezco yo.
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Lanzarote y el orgulloso
Nunca fuera caballero
de damas tan bien servido
como fuera Lanzarote
cuando de Bretaña vino,
que dueñas curaban de él,
doncellas del su rocino.
Esa dueña Quintañona,
ésa le escanciaba el vino,
la linda reina Ginebra
se lo acostaba consigo;
y estando al mejor sabor,
que sueño no había dormido,
la reina toda turbada
un pleito ha conmovido:
-Lanzarote, Lanzarote,
si antes hubieras venido,
no hablara el orgulloso
las palabras que había dicho,
que a pesar de vos, señor,
se acostaría conmigo.
Ya se arma Lanzarote
de gran pesar conmovido,
despídese de su amiga,
pregunta por el camino.
Topó con el orgulloso
debajo de un verde pino,
combátense de las lanzas,
a las hachas han venido.
Ya desmaya el orgulloso,
ya cae en tierra tendido.
Cortara le la cabeza,
sin hacer ningún partido;
vuélvese para su amiga
donde fue bien recibido
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