Depredadoras de alegrías
nocturnas, cuerpo que me amaba con el odio tímido y violado de sus rincones aburridos. Hoy que ya haya pasado, ¿me recuerdan, alguna vez, sin recordarme? Corales en coro, subcutáneas navegaciones, luz anclada, escafandra de asfixia, flechas lácteas, inmóviles, acuáticas, desove estéril que en la sangre desenrolla su espiral transida. ¿Me recuerdan, hoy que ya ha pasado el odiado amor, la carne triste? Las entretelas del herido de punta de ausencia, me cominan. Y el violado cuerpo que me amaba, a solas calienta y se consume. |
domingo, 24 de noviembre de 2013
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