No digas que me quieres, que es pecado,
ni que me eres humilde o generosa: ya ves que sin querer brota la rosa, sin saber qué hermosura al mundo ha dado. . Ley es que hoy el sol enamorado entre los peces del azul transite: ley que hoy el hombre en mí y en ti palpite y sin saber por qué, estés a mi lado. No sientas miedo pues porque me quieres ni llores por mi ayer o tu mañana, mas sé desnuda ante mi ruego tierno: . porque hoy la raza grita en sus dos seres orden fatal de ser. Y a más, hermana, ¡es tan dulce ceder al Fuego eterno! |
lunes, 4 de noviembre de 2013
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